Recientemente recibí este correo. Gracias.
Yo soy Jacinta
Y ella es una mujer indígena, otomí, de 42 años. Acaba de ser sentenciada a 21 años de cárcel. Aunque usted no lo crea, por el secuestro de seis agentes armados de la AFI. Sí, leyó usted bien. Fue acusada con otras dos mujeres. Un juez la halló culpable porque, para él, la prueba presentada por la PGR fue contundente: una fotografía de un diario local donde aparece Jacinta asomándose al borlote de lo que pasó en su pueblo hace tres años ya.
El 26 de marzo de 2006 seis AFI llegaron amenazantes y sin uniforme a Santiago Mexquititlán, en Querétaro. Ahí, en el tianguis, Jacinta y sus compañeras vendían aguas frescas. Llegaron los agentes y comenzaron con destrozos, despojos y exigencias de tributo con lujo de violencia quesque por hallar mercancía pirata. Fuenteovejunescamente, los pobladores cercaron a los intrusos para exigirles identificación y la orden que justificara su proceder. Éstos se negaron, pero también se rajaron. La tensión crecía y comenzaron los gritos de protesta y justicia de la gente por tanto abuso. A llamado de los intrusos se apersonaron un agente del MP y el jefe regional de la AFI. Prometieron reparar los daños con mercancía decomisada -más bien robada- de otros tianguis, de otros pueblos. Ante la negativa popular se comprometieron a compensarlos con dinero. Se fueron y dejaron «en garantía» a un agente que no fue molestado. Regresaron a las siete y pagaron lo pactado.
Pero se la guardaron al pueblo. Y se desquitaron con Jacinta, a la que el 3 de agosto llevaron con engaños a la ciudad de Querétaro. Ahí la acusaron falsamente; ahí la juzgaron de inmediato en español, cuando sólo hablaba otomí; ahí presumieron su culpabilidad antes que su inocencia; ahí la tienen presa; ahí la sentenciaron a 21 años de prisión; ahí le destrozaron la vida y a su familia.
Así, Jacinta es una víctima más de la intolerancia rabiosa que caracteriza a los gobiernos panistas como el que ahí encabeza Francisco Garrido Patrón, que no ha movido un dedo en defensa de una de sus gobernadas. ¿Cómo si es una india de pueblo?
Hay ahora un movimiento encabezado por el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, al que me sumo;, para exigir juicio justo y liberación de quien sólo ha cometido tres grandes pecados en este país: ser mujer, ser indígena y ser pobre.
Por cierto, se llama Jacinta Francisco Marcial. Y yo soy ella.
PD. ¿Esto también es falso, señor Medina Mora?
Junto con Jacinta Francisco Marcial fueron acusadas, Alberta Alcántara y Teresa González. Como puede verse en esta fotografía, es evidente el grado de peligrosidad de las detenidas.
Jacinta Francisco Marcial, Alberta Alcántara y Teresa González.
Lamentablemente en este, mi sufrido país donde «no pasa nada», este caso no es el primero, el único, ni será el último.
Lo sé desde que tengo uso de razón… (no, la razón no la uso desde hace tanto tiempo)… desde que aprendí a leer y a escuchar a mis mayores sé que casos como este ocurren con mayor o menor frecuencia y medida, con personas de casi todos los estratos sociales y digo casi porque usualmente al que tienene dinero no le ocurren estas cosas y si le ocurren, a billetazos pueden obtener desde su libertad hasta la virtud, junto con el Edén Prometido.
Y no, no es cuestión de gobiernos de colores pues azules, amarillos, tricolores y hasta verdes y transparentes lo han hecho y lo hacen, y en casi cualquier nivel, sea local, estatal y hasta federal.
Solo hay que darse una vuelta por una hemeroteca y leer de lo que hemos sido capaces cuando contamos con poder.
Dijo No-sé-quién: dale poder a un ignorante y crearás un tirano. Y de ésos nos renovamos cada tres o seis años.
¿Qué podemos hacer?
Primero informarnos. Dijo Faraday «Verifica todo lo que te digan».
Después, comentar, hablar, denunciar, con conocimiento sólido y documentado.
Nada hay peor que saber y guardar silencio.
Otro que sabía, lo dijo; «Cuando algo malo ocurre y nada se hace, ya se está haciendo mal.»
Me pregunto ¿que sería de Jacinta Francisco Marcial, Alberta Alcántara y Teresa González si estuviera en vigor la verde propuesta de «pena de muerte a secuestradores»?
El problema no son las leyes, somos los ciudadanos que no atendemos ni respetamos las leyes. Con Ciudadanos así, no se puede hacer grande a un país, ni siquiera un barrio.
Creo que esta es la tarea:
¿Tenemos cerca nuestro a niños, llámense hijos, sobrinos, alumnos o vecinos?
Entonces hay que influenciarlos bien; hay que educarlos con valores; con esto, además de enseñarles a vivir con Valores, nos obligamos los adultos a actuar con Valores también.
¿De qué otro modo podemos enseñar si no es con el ejemplo?.
¿Que es poco? ¿Que eso no cambiará al país? Tal vez así sea, pero al menos cambiará a una persona o dos o tres. Roma no se hizo en un día. Tampoco el deterioro social que vivimos.
Jacinta Francisco Marcial parece ser la víctima, pero ¿Quién es el Victimario? ¿La Sociedad? ¿Todos nosotros? ¿El Sistema? ¿El Gobierno?
Tal vez sí; pero principalmente los siguientes ciudadanos, servidores públicos o lo que sean (se me ocurren varios calificativos):
Los AFI’s «secuestrados» que han sido acusadores, investigadores y testigos:
Juan Francisco Melo Sánchez
Jorge Evaristo Preda
Luis Eduardo Nache
Antonio Guadalupe Romero
Antonio Bautista.
Jorge Ernesto Cervantes Peñuelas (el AFI que se quedó el garantía el día del incidente)
El Juez Cuarto de Distrito de Querétaro, Gerardo Cruz Bedolla, quien dictó el Auto de Formal Prisión basado en Dios-Sabe-qué o atendiendo a Dios-sabe-quién.
A ésos son a los que hay que juzgar, a los que hay que «quemar», pues lo que les toca hacer, lo están haciendo mal y encima, les pagamos por hacerlo.
Adendum:
(Fragmento)
El Universal, 11 de Marzo, 2009.
Fotografías de Raúl Estrella, El Universal
Jacinta Francisco Marcial
La han condenado a 21 años de prisión, ¿qué significa para usted?
-Yo ni sé, como que no puedo, pues no puedo creer… no sé que es.
-¿Qué han sido estos dos años y medio, casi tres años de prisión?
-No entiendo, no sé contestar eso, no sé cómo digo.
-Usted ya está hablando español ahora, pero hace tres años sólo hablaba ñhä-ñhú otomí.
-Casi siempre habla otomí, pero hay palabras que no entiende bien.
-A ver, ¿qué piensa cuando está aquí a solas?, ¿puede creer lo que le ocurrió, usted entiende por qué la metieron a la cárcel?
-Como que no puedo creer, no puedo creer que cómo qué fue, pos como que no es realidad, como que es este, como que nada más un sueño, como que estoy aquí nada más por un sueño… nada más, porque no puedo creer… ahora me dicen de que sentencia, de que delito, mis compañeras y mi maestra.
-¿Secuestró usted a seis agentes armados de la AFI, de la PGR?
-Pues ellos la que me dicen… ellos la que me están poniendo ese delito, porque yo nunca la hice eso… y ni lo sé que es secuestro ni lo que me estaba acusando… yo no entendí nada.
-¿Qué paso entonces aquel 26 de marzo de 2006?
-Ese pues fue un día domingos… yo en mi trabajo me dedicaba, yo vendía mis aguas frescas en el tiangui… y ese día pues ya cada ocho yo… este, como toca tres veces la campana y ya la última cuando entro yo adentro a la iglesia… entré a misa, cuando salí pues escuché decía la gente que habían llegado unos señores a llevar los discos… entonces yo ni le hice caso, agarré y me senté en mi puesto… entonces ya, otro ratito, estaba yo esperando a mi esposo y no llegaba, llegó una de mis hijas y le dije compáñame a la farmacia porque a mí me da pena que me inyecten… así le dije y me compañó una de mis hijas, cuando ya veníamos de regreso venía un señor, que venía ahí con unas personas… y es que la que escuché que estaban hablando de los discos. -¿Los discos pirata?
-Sí, sí, yo de eso estaba escuchando, pero yo ni… luego salí en el periódico.
-¿Luego se la llevaron a Querétaro unas semanas después?
-No, lo del tiangui fue en marzo, lo de que me fueron a traer fue hasta agosto… pero yo no sabía quién eran, no más que muchos con armas por todos lados.
-¿Le dijeron por qué la detenían?
-Que porque iba a declarar por un árbol tumbado… luego ya en el juzgado me dijo que no’más iba a declarar… y ahí pues estaban hablando y todo… y hacían papeles… y me daban muchos papeles a firmar y yo firmé muchos papeles y ni sabía qué era porque no entendía… luego, ya en la noche, me trajeron a la cárcel y así estoy aquí.
-¿Cómo han sido estos casi tres años?
-Se me hizo bien largo, bien largo… ya de por sí estos años son muchos, ya he perdido tiempo, mucho tiempo para mis hijos, para mi familia, para mi casa.
-¿Me va a invitar algo ahora que salga?
-Claro que sí, unos nopales bien sabrosos y, si alcanza, hasta pollo.
Para leer más:
R.Rocha; ¿Plagiaria o víctima? El Universal ; http://www.eluniversal.com.mx/primera/32626.html
http://centroprodh.org.mx/2008/index.php?option=com_content&task=view&id=103&Itemid=28
http://www.eluniversal.com.mx/notas/vi_579391.html
http://www.libertaddepalabra.com/2007/03/con-un-nudo-en-la-garganta/
http://www.pgr.gob.mx/prensa/2007/delega09/qro250209DPE088209.shtm
http://www.jornada.unam.mx/2007/03/09/index.php?section=sociedad&article=041n4soc
http://www.prensaindigena.org.mx/nuevositio/2009/03/02/mexico-jacinta-en-la-carcel-acusada-de-secuestrar-a-seis-afis/
http://estadis.eluniversal.com.mx/estados/vi_62407.html
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